Recircular no es reciclar. Cybercirujas



En Argentina, generamos entre 150.000 y 300.000 toneladas de residuos electrónicos al año. Esto son como 2300 vagones de tren llenos de residuos electrónicos que van al entierro sanitario. Una 20-30% se gestionan correctamente, ya sea que se reciclan para un segundo uso o que se desmantelen para recuperar sus partes valiosas y resguardar las partes contaminantes, lo que significa que el 70-80% termina contaminando suelos, agua y aire.

Esta realidad no solo existe en nuestro país. El MonitorGlobal de Desechos Electrónicos de la ONU advierte que la generación mundial de residuos electrónicos está aumentando cinco veces más rápido que los esfuerzos para reciclarlos.

El término «ciruja» es utilizado para referirse a quien busca cosas en la basura para vender o utilizar. Para los ecologistas es una acción cada vez más valorada e imitada, conscientes de que lo que llamamos “basura”, no siempre los es. A veces e solo un incentivo para volver a comprar, alimentando las cadenas de producción de objetos de poco tiempo de uso.

El movimiento cyberciruja maduró en el 2020, con la pandemia, cuando se instaló la necesidad de una computadora, tablet o teléfono celular para poder realizar las actividades cotidianas, cuando las tecnologías digitales se tornaron imprescindibles frente al distanciamiento físico preventivo. Así, quien no tuviera un dispositivo electrónico de este tipo se quedaba afuera de la educación, el contacto con otros y el trabajo. A esto se sumó la falta de repuestos y técnicos que repararan estos aparatos electrónicos cuando fallaban.

Parten de la premisa “ni hardware ocioso ni ocioso con hardware

Cybercirujas es un colectivo que lucha contra la obsolescencia programada, promoviendo la recuperación, reparación y reutilización de dispositivos tecnológicos en desuso para reducir el impacto ambiental y la brecha digital. La finalidad es prolongar la vida útil de dispositivos tecnológicos. La idea general que los aglutina es reutilizar antes que reciclar: frente al concepto de obsolescencia programada oponen la idea de obsolescencia postergada.

Se reúnen el último sábado de cada mes en la Feria Agroecológica de Córdoba (UNC), en nuestro evento llamado "Olla Popular Cyberciruja". El horario es de 9 a 13 hs.

Bajo unos enormes árboles, entre los puestos de verduras orgánicas y el Data Center de la Universidad Nacional de Córdoba, se reúnen vendedores, donadores y truequeadores de aparatos electrónicos: teléfonos, computadoras, tablets, impresoras entre otros.

En estas reuniones, se intercambian saberes, consejos, se reciben aparatos electrónicos que están ociosos. A veces puede ser recuperado el equipo entero y otras veces piezas funcionales que puedan servir en otros equipos. DE este modo se recrea el trueque de valores materiales y conocimiento.

 Lo que queda al final se entrega a un camión de residuos electrónicos.

          Instalación de Linux: Organizado por Librebase.

Algunos técnicos cybercirujas pertenecen al Programa de Apoyo Tecnológico y Educativo que lleva adelante la Secretaría de Extensión de FAMAF. , el cual recibe donaciones de computadoras, notebooks o tabletas que puedan soportar programas actuales, para recuperar y adecuar y que sean entregadas a vecinos residentes en la ciudad de Córdoba, con dificultades para acceder a los recursos tecnológicos, pudiendo mediar la relación con ONG, comedores y merenderos. Este programa busca además estirar la vida útil del aparato, en un intento por subvertir los límites que la lógica consumista imprime en el diseño y materialización del mundo de la tecnología.

Contra la obsolescencia programada

En la era de la información, los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son cada vez más. Además, percibimos, o las empresas nos hacen percibir, que los celulares y las computadoras se tornan obsoletas con mayor velocidad.

Desde otro punto de vista, producir un aparato electrónico es muy contaminante. 

Minería urbana: una alternativa viable https://valorambiental.com.ar/basura-electronica-e-waste/

La minería urbana es una alternativa más sostenible y menos destructiva que la minería tradicional, la cual implica extraer recursos del subsuelo. Los residuos electrónicos, que muchas veces contienen metales preciosos, pueden ser una fuente más eficiente y menos perjudicial para el medio ambiente. Por ejemplo, se estima que una tonelada de teléfonos móviles desechados puede contener hasta 300 gramos de oro, mientras que una tonelada de mineral extraído de la tierra solo tiene alrededor de 5 gramos.

Un estudio realizado como tesis de grado en la Universidad de Chile sobre el  proceso de pretratamiento de las placas de circuito impreso de teléfonos móviles con el objetivo de maximizar la recuperación de metales estratégicos, como cobre, plata y aluminio logró definir las condiciones para las operaciones mecánicas, como trituración, clasificación por tamaño y separación física (por densidad, magnética o electrostática), que permiten obtener los metales de interés minimizando pérdidas por retención en materiales no metálicos.

Los resultados respaldan que estos procedimientos pueden ser rentables, siempre que se optimicen los costos operativos y se asegure la calidad del material recuperado

Se evidenció que se puede reducir impactos ambientales y promover una economía circular en el manejo de residuos electrónicos

Alicia Córdoba

Naturalista, curiosa, caminante. Bióloga, docente e investigadora, egresada de la UNC. Comunicadora y divulgadora en ciencias. Gestion y Politica ambiental y Jardinera regenerativa.

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